Un genetista de la Universidad de California que ayudó a inventar la herramienta de edición de genes Crispr dijo Business Insider ella cree que sus impactos más profundos serán en la comida.
Varias Cultivos crujientes ya se han fabricado, y aunque todavía no puede comprarlos, dijo que espera verlos en las tiendas de comestibles dentro de 5 años.
En Silicon Valley, algunas startups incluso están usando Crispr para hacer carne cultivada en laboratorio.
La genetista, Jennifer Doudna, fue incluida en la lista de Business Insider de los10 personas transformando la atención médica.
Mientras que los especialistas en ética debaten las aplicaciones de la exitosa herramienta de edición de genes Crispr en humanos la salud, un inventor de la herramienta cree que tiene una aplicación más inmediata: mejorar nuestros alimentos.
"Creo que en los próximos cinco años lo más profundo que veremos en términos de los efectos de Crispr en la vida cotidiana de las personas será en el sector agrícola".Jennifer Doudna, dijo a Business Insider el genetista de Berkeley de la Universidad de California que descubrió a Crispr en los primeros experimentos con bacterias en 2012.
Crispr tiene docenas de usos potenciales, desde el tratamiento de enfermedades como célula falciforme a ciertas formas heredadas de ceguera. La herramienta recientemente apareció en los titulares cuando un científico en China según se informa lo usó para editar el ADN de un par de gemelas.
Luego están las aplicaciones prácticas de Crispr: el tipo de cosas que podríamos esperar ver en lugares como tiendas de comestibles y campos de agricultores dentro de una década, según Doudna.
El trabajo en los productos de Crispr'd ha estado en curso durante aproximadamente media década, pero solo recientemente los reguladores estadounidenses han creado un camino viable para que los productos de Crispr'd lleguen al mercado.
De vuelta en 2016, los investigadores de Penn State usaron Crispr para hacer champiñones que no se doran. La primavera pasada, la startup de edición genética Pairwise obtuvo 125 millones de dólares del gigante agrícola Monsanto para trabajar en productos de Crispr'd con el objetivo de conseguirlos en las tiendas de comestibles dentro de la década. Un mes después, Stefan Jansson, jefe del departamento de fisiología vegetal de la Universidad Umea de Suecia, creció y comió la primera col rizada crujiente del mundo.
Más recientemente, varias startups de Silicon Valley han estado experimentando con el uso de Crispr para hacer carne cultivada en laboratorio.
Memphis Meats, una startup con el respaldo de figuras notables como Bill Gates y Richard Branson que ha hecho verdaderas tiras de pollo y prototipos de albóndigas a partir de células animales (y sin matar a ningún animal), es usando la herramienta. Asi es Carnes New Age, otra startup con sede en San Francisco que tiene como objetivo crear carne real sin matanza