Un puñado de científicos en todo Estados Unidos están tratando de hacer algo que a algunas personas les molesta: crear embriones que sean en parte humanos, en parte animales.
Los investigadores esperan que estos embriones, conocidos como quimeras, eventualmente puedan ayudar a salvar la vida de personas con una amplia gama de enfermedades.
Una forma sería usar embriones de quimera para crear mejores modelos animales para estudiar cómo ocurren las enfermedades humanas y cómo progresan.
Quizás la esperanza más audaz es crear animales de granja que tengan órganos humanos que puedan ser trasplantados en pacientes con enfermedades terminales.
Pero a algunos científicos y bioeticistas les preocupa que la creación de estos embriones interespecies cruce la línea. "Te estás metiendo en un terreno inquietante que creo que está dañando nuestro sentido de humanidad", dice Stuart Newman, profesor de biología celular y anatomía en el New York Medical College.
Los experimentos son tan sensibles que los Institutos Nacionales de Salud han impuesto un moratoria en financiarlos mientras los funcionarios exploran los problemas éticos que plantean.
Sin embargo, un pequeño número de investigadores está realizando el trabajo con fondos alternativos. Esperan que los resultados persuadan a los NIH a levantar la moratoria.
"No estamos tratando de hacer una quimera solo porque queremos ver algún tipo de criatura monstruosa", dice Pablo Ross, biólogo reproductivo de la Universidad de California, Davis. "Estamos haciendo esto con un propósito biomédico".
Se espera que el NIH anuncie pronto cómo planea manejar las solicitudes de financiamiento.
Recientemente, Ross accedió a dejarme visitar su laboratorio para una mirada inusual a su investigación. Durante la visita, Ross demostró cómo está tratando de crear un páncreas que en teoría podría ser trasplantado a un paciente con diabetes.
El primer paso implica usar nuevos edición de genes Técnicas para eliminar el gen que los embriones de cerdo necesitan para hacer un páncreas.
Trabajando bajo un elaborado microscopio, Ross hace un pequeño agujero en la membrana externa del embrión con un láser. A continuación, inyecta una molécula sintetizada en el laboratorio para localizar y eliminar el gen del páncreas en su interior. (En experimentos separados, también ha hecho esto con embriones de oveja).
Después de que los embriones hayan editado su ADN de esta manera, Ross crea otro agujero en la membrana para poder inyectar células madre pluripotentes inducidas por humanoso iPSpara abreviar, en los embriones de cerdo.
Al igual que las células madre embrionarias humanas, las células iPS pueden convertirse en cualquier tipo de célula o tejido del cuerpo. La esperanza de los investigadores es que las células madre humanas aprovechen el vacío en el embrión para comenzar a formar un páncreas humano.
Debido a que las células iPS pueden fabricarse a partir de las células de la piel de cualquier adulto, cualquier órgano que formen coincidiría con el paciente que necesita el trasplante, lo que reduce enormemente el riesgo de que el cuerpo rechace el nuevo órgano.
Pero para que el embrión se desarrolle y produzca un órgano, Ross tiene que poner los embriones de quimera en el útero de cerdos adultos. Eso implica un procedimiento quirúrgico, que se realiza en un gran quirófano al otro lado de la calle del laboratorio de Ross.
Vivimos en un mundo extremadamente enfermo, y aunque afirman que esta investigación genética es para fines médicos, en realidad eventualmente llegará a alguna forma de aplicación militar.