El presidente Obama, en su discurso final ante las Naciones Unidas el martes, hizo una súplica apasionada en nombre de un orden mundial liberal que admitió que estaba bajo la creciente amenaza de las guerras en el Medio Oriente y el creciente nacionalismo en casa y en Europa.
En declaraciones a la Asamblea General de la ONU por octava y última vez como presidente, Obama trató de superar los conflictos del momento y delinear un futuro de cooperación internacional, destacando la importancia de las instituciones liberales globales formadas después de la Segunda Guerra Mundial, incluido Estados Unidos. Naciones
"El mundo es, en muchos aspectos, menos violento y más próspero que nunca", dijo Obama. Pero reconoció una creciente inquietud global, alimentada por el terrorismo y la ansiedad económica, que ha llevado a algunos políticos occidentales, incluido el candidato republicano Donald Trump, a exigir nuevas y duras restricciones a la inmigración y al comercio mundial.
Obama a menudo parecía estar hablando simultáneamente a la historia y a un electorado estadounidense que enfrenta una elección histórica.
Los problemas que afectan al mundo exigieron una "corrección de rumbo", dijo el presidente. Luego catalogó las crisis que han expuesto "profundas fallas en el orden internacional existente", describiendo las interrupciones financieras causadas por la globalización, el caos en el Medio Oriente y los flujos masivos de refugiados hacia Europa.
"Nuestras sociedades están llenas de incertidumbre, inquietud y conflictos", dijo. "A pesar del enorme progreso, a medida que las personas pierden la confianza en las instituciones, el gobierno se vuelve más difícil y las tensiones entre las naciones se vuelven más rápidas a la superficie".