Los científicos han identificado los genes que dan forma a las características faciales, incluido el tamaño de la nariz y el ancho de la cara, según un nuevo informe.
Los rostros de asesinos o violadores podrían 'recrearse' a partir de ADN dejado en la escena del crimen, según una nueva investigación.
Los científicos han identificado los genes que dan forma a la extraordinaria variación en el rostro humano.
Muchas características, como el tamaño de la nariz y el ancho de la cara, provienen de mutaciones específicas, dicen los investigadores.
Estudios anteriores han sugerido que están controlados por genes , pero este es el primero en arrojar luz sobre cómo las variantes contribuyen al rango de formas diferentes que vemos.
Los hallazgos publicados en PLOS Genetics también pueden ayudar a los investigadores a aprender cómo surgen los defectos congénitos faciales.
E incluso podrían tener aplicaciones en medicina forense, ayudando a la policía a construir rostros más precisos de criminales peligrosos perseguidos por asesinatos, violaciones y robos.
El descubrimiento de los genes que determinan la forma facial humana podría proporcionar información valiosa sobre la apariencia de una persona utilizando solo el ADN dejado en la escena de un crimen.
Se basan en un análisis de ADN de las características faciales 20 medidas a partir de imágenes 3D de voluntarios sanos 3,118 de ascendencia europea y casi un millón de mutaciones, o variaciones de SNP (pares de bases individuales).
Dr. John Shaffer, de la Universidad de Pittsburgh , dijo: “Hay una gran cantidad de evidencia de que los genes influyen en la apariencia facial.
“Esto es quizás más evidente cuando miramos a nuestras propias familias, ya que es más probable que compartamos rasgos faciales en común con nuestros parientes cercanos que con personas no relacionadas.
“Sin embargo, se sabe poco acerca de cómo la variación en regiones específicas del genoma se relaciona con los tipos de características faciales distintivas que nos dan nuestras identidades únicas, por ejemplo, el tamaño y la forma de nuestra nariz o qué tan separados están nuestros ojos.
“En este artículo, investigamos esta cuestión examinando la asociación entre variantes genéticas en todo el genoma y un conjunto de medidas diseñadas para capturar aspectos clave de la forma facial.
“Encontramos evidencia de asociaciones genéticas que involucran medidas de amplitud de ojos, nariz y rostro.
“En varios casos, las regiones implicadas contenían genes que se sabe que juegan un papel en la formación del rostro embrionario o en síndromes en los que el rostro está afectado.
"Nuestra capacidad para conectar variantes genéticas específicas con rasgos faciales ubicuos puede informar nuestra comprensión del desarrollo craneofacial normal y anormal, proporcionar modelos predictivos potenciales de cambios evolutivos en los rasgos faciales humanos y mejorar nuestra capacidad para crear reconstrucciones faciales forenses a partir del ADN".