Por primera vez, los científicos crearon huevos de mamíferos viables desde cero en el laboratorio, y los usaron para producir crías sanas.
Los expertos dicen que el avance algún día podría ofrecer una nueva esperanza a las mujeres que han perdido su fertilidad, como resultado del tratamiento del cáncer, por ejemplo.
Sin embargo, es probable que pasen muchos años antes de que la técnica, hasta ahora realizada en ratones, sea lo suficientemente confiable y segura para los humanos.
Los científicos detrás del descubrimiento dicen que el proceso también podría arrojar luz sobre las complejidades de la reproducción y ayudar a la conservación de especies en peligro de extinción.
En los experimentos, el equipo japonés, dirigido por el profesor Katsuhiko Hayashi, de la Universidad de Kyushu, utilizó células madre obtenidas de embriones y generadas a partir de células maduras tomadas de las puntas de las colas de los ratones.
Estos últimos se usaron para crear células madre pluripotentes inducidas (iPS) que tienen las propiedades de las células madre embrionarias, incluida la capacidad de transformarse en una multitud de tejidos diferentes.
Ambos tipos de células madre se expusieron a cócteles específicos de productos químicos y señales biológicas para convencerlos de que se conviertan en óvulos.
Una parte clave del proceso fue mezclar las células madre con "células somáticas gonadales" tomadas de embriones de ratón de un día de 12.
Estos juegan un papel de apoyo importante en el desarrollo del huevo.
Escribiendo en la edición en línea de la revista Nature, los científicos describen cómo los folículos se formaron espontáneamente y rodearon los óvulos en la etapa inicial.
Las estructuras en forma de saco albergan óvulos maduros en los ovarios.