Los investigadores han descubierto que el agua en el Atlántico norte se ha "debilitado drásticamente".
El estudio muestra que los niveles están en su nivel más bajo en 1,500 años, y cambio climático tiene la culpa
Los investigadores advierten que las corrientes tendrán un "efecto profundo" en el clima de América del Norte y Europa.
Los investigadores estudiaron la Circulación de vuelco meridional atlántica (AMOC), la rama de la circulación del Atlántico norte que trae aguas superficiales cálidas hacia el Ártico y aguas profundas frías hacia el ecuador.
La investigación, codirigida por los Dres. Christelle Not y Benoit Thibodeau, del Departamento de Ciencias de la Tierra y del Instituto Swire de Ciencias Marinas de la Universidad de Hong Kong, se interpretan como una consecuencia directa del calentamiento global y el derretimiento asociado de la capa de hielo de Groenlandia.
Una circulación más lenta en el Atlántico Norte puede producir cambios profundos tanto en el clima de América del Norte como en el de Europa, pero también en las lluvias monzónicas de verano de África y Asia.
“El AMOC juega un papel crucial en la regulación del clima global, pero los científicos están luchando por encontrar indicadores confiables de su intensidad en el pasado.
"El descubrimiento de este nuevo registro de AMOC mejorará nuestra comprensión de sus impulsores y, en última instancia, nos ayudará a comprender mejor los posibles cambios en el futuro cercano bajo el calentamiento global", dijo el Dr. Thibodeau.
El equipo de investigación también encontró una señal débil durante un período llamado Little Ice Age (una ola de frío observada entre 1600 y 1850 AD).
Si bien no es tan pronunciada como la tendencia del siglo 20, la señal podría confirmar que este período también se caracterizó por una circulación más débil en el Atlántico Norte, lo que implica una disminución en la transferencia de calor hacia Europa, lo que contribuye a la temperatura fría de este período.
Sin embargo, se necesita más trabajo para validar esta hipótesis.
`` Si bien podríamos verificar nuestra reconstrucción de temperatura para el siglo XX con la medición instrumental, no es posible hacerlo para el período de la Pequeña Edad del Hielo.
"Por lo tanto, necesitamos realizar más análisis para consolidar esta hipótesis", dijo el Dr. Not.
Los hallazgos fueron publicados recientemente en la prestigiosa revista Geophysical Research Letters.
La circulación de vuelco meridional atlántica (AMOC) es la rama de la circulación del Atlántico norte que lleva aguas superficiales cálidas hacia el Ártico y aguas profundas frías hacia el ecuador.
Esta transferencia de calor y energía no solo tiene influencia directa sobre el clima en Europa y América del Norte, sino que también puede afectar el sistema de monzones de África y Asia a través de su efecto sobre la temperatura de la superficie del mar, el ciclo hidrológico, la circulación atmosférica y la variación en la zona de convergencia intertropical.