"Inteligencia organoide" (OI): biocomputación e inteligencia en un plato

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Los tecnócratas inventan porque pueden, no porque haya una necesidad demostrada de hacerlo. Ahora, los científicos tienen la intención de utilizar células cerebrales humanas reales para superar la tecnología de silicio y crear un competidor de la IA que se llama Inteligencia Organoide u OI. Esta es otra pendiente resbaladiza que podría empujar los límites en ambas direcciones. ⁃Editor de TN

Los modelos de aprendizaje automático como el que impulsa ChatGPT están generando ensayos, cuentos y podcasts completos. Pero los científicos están buscando otra forma de computación que podría ser igual de eficiente y poderosa, y está en nuestros cerebros.

In un nuevo articulo publicado el martes en fronteras, una gran colaboración internacional dirigida por investigadores de la Universidad John Hopkins (JHU) detalla cómo las tecnologías cerebro-máquina son la frontera más nueva en biocomputación y proporciona una hoja de ruta sobre cómo hacerla realidad.

Como explica el artículo, la inteligencia organoide (OI) es un campo emergente en el que los investigadores están desarrollando computación biológica utilizando cultivos 3D de células cerebrales humanas (organoides cerebrales) y tecnologías de interfaz cerebro-máquina. Estos organoides comparten aspectos de la estructura y función del cerebro que juegan un papel clave en funciones cognitivas como el aprendizaje y la memoria. Básicamente, servirían como hardware biológico y algún día podrían ser incluso más eficientes que las computadoras actuales que ejecutan programas de IA.

“La visión de OI es utilizar el poder del sistema biológico para avanzar en el campo de las ciencias vivas, la bioingeniería y la informática”, escribió Lena Smirnova, investigadora de JHU y autora del artículo, en un correo electrónico a Motherboard. “Si observamos cuán eficientemente opera el cerebro humano en el procesamiento de información, aprendizaje, etc., es tentador traducir y modelar eso para tener un sistema que funcione más rápido y de manera más eficiente [que] las computadoras actuales”.

Por ejemplo, el cerebro humano tiene una capacidad increíble para almacenar información: la cabeza promedio puede almacenar unos 2,500 terabytes, según el documento. Los investigadores visualizan estructuras celulares 3D complejas que estarían conectadas a la IA y los sistemas de aprendizaje automático.

“Estamos llegando a los límites físicos de las computadoras de silicio porque no podemos empaquetar más transistores en un pequeño chip”, dijo Thomas Hartung, investigador de JHU y uno de los autores del estudio, en un comunicado de prensa. “Pero el cerebro está conectado de manera completamente diferente. Tiene alrededor de 100 [mil millones] de neuronas conectadas a través de más de 1015 puntos de conexión. Es una enorme diferencia de potencia en comparación con nuestra tecnología actual”.

Los investigadores han combinado previamente lo biológico y lo sintético para enseñar a las células cerebrales a jugar Pong––una prueba de concepto que fue realizada por algunos de los mismos científicos involucrados en esta iniciativa. Ese proyecto involucró la creación de un sistema DishBrain, donde los investigadores crearon una interfaz cerebro-computadora, proporcionando a las neuronas una entrada sensorial eléctrica simple y retroalimentación que les permitió "aprender" el juego.

Sin embargo, el nuevo documento ve aplicaciones aún más grandes que hacer que las células jueguen videojuegos. Por un lado, los organoides cerebrales podrían tener aplicaciones en medicina. Los autores escriben que la investigación de OI permitirá la exploración de trastornos del neurodesarrollo y neurodegenerativos interindividuales, y revolucionará la investigación de pruebas de drogas.

Al igual que con inteligencia artificial, hay preocupaciones éticas, y los investigadores lo reconocen. Para garantizar que OI se desarrolle de una manera ética y socialmente responsable, proponen un enfoque de 'ética integrada', donde “equipos interdisciplinarios y representativos de especialistas en ética, investigadores y miembros del público identifiquen, discutan y analicen problemas éticos y los retroalimenten a informar investigaciones y trabajos futuros”.

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Acerca del Editor

Patrick Wood
Patrick Wood es un experto líder y crítico en Desarrollo Sostenible, Economía Verde, Agenda 21, Agenda 2030 y Tecnocracia histórica. Es autor de Technocracy Rising: The Trojan Horse of Global Transformation (2015) y coautor de Trilaterals Over Washington, Volumes I and II (1978-1980) con el fallecido Antony C. Sutton.
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