Los rápidos avances en conectividad móvil e inteligencia artificial están provocando un cambio radical en la automatización que está transformando tanto a organizaciones individuales como a industrias enteras.
El uso generalizado de los teléfonos inteligentes y la expansión de Internet de las cosas están permitiendo a los científicos informáticos capturar y analizar grandes cantidades de información que se puede utilizar para entrenar máquinas. El software puede filtrar estas muestras de datos masivos, aprovechando la extraordinaria potencia computacional ahora disponible en la nube, e identificando gradualmente patrones y desarrollando nuevos algoritmos que pueden usarse para hacer que todo, desde electrodomésticos hasta equipos industriales, sea más inteligente y más autosuficiente.
Por ejemplo, los fabricantes de automóviles están utilizando la conectividad inalámbrica para capturar y analizar enormes cantidades de datos sobre cómo los conductores humanos manejan los automóviles cuando se enfrentan a diseños de carreteras específicos, condiciones climáticas, tráfico y accidentes. Los datos recopilados por los automóviles conectados pueden mostrar que la mayoría de las personas conducen significativamente por debajo del límite de velocidad en climas húmedos en caminos rurales. Una vez que haya detectado ese patrón, un sistema de automóvil autónomo imitaría este comportamiento, disminuyendo la velocidad tan pronto como sus sensores detecten el asfalto mojado. Al aprender de tales ejemplos, la computadora está esencialmente escribiendo su propio software.
Con el advenimiento de los servicios de 5G en 2020, el Internet de las cosas y la inteligencia artificial se desarrollarán aún más rápido, lo que puede generar beneficios socioeconómicos generalizados en Europa y más allá.
Pero una serie de barreras culturales y políticas podrían frenar la transformación digital de Europa. Tanto a los legisladores como a los ciudadanos les preocupa que las computadoras se hagan cargo de los trabajos de las personas y alimenten una desigualdad aún mayor entre los que tienen y los que no tienen el mundo digital. Del mismo modo, existen preocupaciones legítimas sobre lo que significa toda esta minería de datos del mundo real para la privacidad y seguridad personal.
Dado que las tecnologías digitales evolucionan tan rápido, ahora es el momento de que los responsables políticos, académicos, líderes empresariales y otras partes interesadas se reúnan para determinar cómo aprovechar esta tecnología altamente potente para el bien común.