China está sentando las bases para una revolución de robots al planear automatizar el trabajo que actualmente realizan millones de trabajadores con salarios bajos.
El plan del gobierno será crucial para un esfuerzo más amplio para reformar la economía de China y al mismo tiempo cumplir con los ambiciosos objetivos de producción establecidos en su último plan económico, que apunta a duplicar el ingreso per cápita para 2020 desde los niveles de 2016 con al menos un crecimiento anual del 6.5%. El éxito de este esfuerzo podría, a su vez, afectar la vitalidad de la economía mundial.
La escala y la importancia de las ambiciones de los robots de China quedaron claras cuando el vicepresidente de la República Popular China, Li Yuanchao, apareció en la primera gran conferencia de robótica del país, celebrada recientemente en Beijing. De pie en el escenario entre dos robots de entretenimiento humanoides con cabezas descomunales, Li entregó un mensaje del líder de China, Xi Jinping, felicitando a los organizadores del esfuerzo. También dejó en claro que la robótica sería una de las principales prioridades para el futuro económico del país.
Muchos de los robots que se exhibieron en la sala de exposiciones de la conferencia eran robots de servicio o entretenimiento, como aspiradoras automáticas, drones baratos o máquinas de aspecto peculiar diseñadas para servir como compañeros personales. Pero también hubo muchos robots industriales que señalaron el verdadero ímpetu del impulso de robots de China: su sector de fabricación.
China ya es el mayor productor mundial de todo, desde ropa hasta productos electrónicos, pero gran parte depende de mano de obra poco calificada y de bajo costo. E incluso cuando el crecimiento económico se ha desacelerado, los salarios continúan aumentando en todo el país a medida que evoluciona la economía. El gobierno chino también está ansioso por ver que su fuerza laboral se diversifique y sus industrias manufactureras se vuelvan más avanzadas tecnológicamente.
Los robots pueden ofrecer una solución inteligente para algunos de estos desafíos. Si se pueden desplegar más robots con éxito en muchas plantas de fabricación, esto aumentaría la eficiencia al tiempo que permitiría la sustitución de algunos trabajadores. Al mismo tiempo, debido a que los robots más capaces requerirán detección avanzada, manipulación e inteligencia, la unidad podría ayudar a promover la experiencia técnica de los trabajadores de fabricación restantes, así como de aquellos empleados en el diseño, construcción y servicio de estas máquinas de fabricación.
La escala de esta revolución de robots podría ser enorme. Hace dos años, China se convirtió en el mayor importador de robots del mundo, y la Federación Internacional de Robótica, un grupo industrial, estima que China representará más de un tercio de todos los robots industriales instalados en todo el mundo por 2018. Sin embargo, la cantidad de robots por trabajador en China es mucho menor que en muchos países industrialmente avanzados, lo que indica un enorme potencial de crecimiento.