Nuestras ciudades están cada vez más acosadas por la falta de viviendas asequibles, la desigualdad, la infraestructura rezagada: la lista continúa.
Al rescate, ahora tenemos el Nuevo Programa Urbano y del Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). ¿Pero cómo pueden ayudar?
Respondiendo al siglo urbano
Australia y 166 otros países acordaron la Nueva Agenda Urbana en el Hábitat III conferencia en Quito el pasado octubre. La agenda enmarca la política global para las ciudades y asentamientos urbanos para los próximos años 20. Los firmantes se medirán en función de sus objetivos.
Este acuerdo histórico no atrajo la misma atención que el Acuerdo sobre el clima ParisSin embargo, tiene un potencial igualmente profundo y vinculado. El acuerdo de París determinará qué medidas tomarán los países sobre el cambio climático, configurando políticas sobre el uso de energía y la producción de carbono. La Nueva Agenda Urbana tendrá como objetivo la sostenibilidad de la ciudad, dando forma a nuestra habitabilidad, hogares y vecindarios.
La agenda responde al siglo urbano. Reconoce el crecimiento energizado por las ciudades pero también sus desigualdades espaciales, sociales, culturales y económicas.
Se requiere una acción urgente para abordar la desigualdad. El cambio a las ciudades no ha reducido la desigualdad. En cambio, ha trasladado la pobreza a las ciudades y profundización de la desigualdad en el proceso.
Dos conceptos clave de la Nueva Agenda Urbana son la "ciudad para todos" y el "derecho a la ciudad". También se vincula claramente a Desarrollo Sostenible Meta 11, que tiene como objetivo:
… Hacer que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resistentes y sostenibles.
La falta de pensamiento unido
Tres problemas clave acosan nuestro acercamiento a las ciudades. En principio, la Nueva Agenda Urbana y SDG 11 pueden ayudar a superarlos.
1) Los silos de políticas persisten a pesar de décadas de retórica sobre unir políticas y programas. La asequibilidad de la vivienda, la planificación y el transporte, el desarrollo económico, la salud pública y la educación, por ejemplo, permanecen notablemente aislados.
La política de transporte rara vez analiza los impactos en el empleo y la salud. La política para proporcionar viviendas asequibles rara vez examina el impacto del empleo y la estrategia económica en la asequibilidad de la vivienda. La promoción de la cohesión social y la inclusión social rara vez se considera en el desarrollo y la entrega del sistema educativo.
Las ciudades son colecciones intrincadas y entrelazadas de personas, planes e infraestructuras. Lanzar soluciones aisladas y desconectadas a problemas complejos es una receta para el fracaso, pero es una que se repite constantemente.
2) Los gobiernos no solo suelen dividir sus enfoques de la política social y económica, sino que también tienen responsabilidades divididas entre los niveles de gobierno. Los ministros y departamentos separados se ocupan de los aspectos muy definidos de su cartera.
En Australia, la separación de políticas entre los estados y el gobierno federal magnifica el problema del silo. Amplias grietas entre los niveles de gobierno permiten que la planificación crítica y las decisiones políticas se pospongan por décadas.
En este vacío de políticas, los gobiernos locales y municipales a menudo lideran los temas de habitabilidad, mitigación del cambio climático, sostenibilidad y cohesión social. Sin embargo, muchas de las palancas para el cambio están fuera de su alcance. Esos poderes residen en los gobiernos estatales y federales.
3) Los intereses del sector privado, el gobierno y la sociedad civil siguen fracturados y opuestos. No se presta suficiente atención a la negociación de intereses comunes. Las ciudades necesitan capital, pero también deben ser lugares habitables para todos los ciudadanos. Se necesitan nuevas alianzas para conciliar necesidades y recursos.
Todos los problemas anteriores están relacionados con la abrumadora necesidad de integración, que proporciona un punto de encuentro común para una amplia gama de jugadores para abordar problemas complejos.
No es una tarea solo para el gobierno
Australia no tiene nacional viviendas or energía estrategia. Pero ambos son críticos para las naciones y ciudades exitosas.
La formulación conjunta de la Nueva Agenda Urbana y SDG 11 ofrecen un punto de entrada. Proporcionan un catalizador para la integración en tres áreas críticas:
- formulación de políticas para abordar problemas múltiples y conectados;
- nuevos intentos de desarrollar una gobernanza integrada de niveles múltiples; y
- reformuló la gobernanza en la burocracia, las empresas y la sociedad civil.
Los ideales, objetivos y mecanismos de entrega compartidos vinculados a la Nueva Agenda Urbana son el primer paso. Esto ya ha llevado a la creación de un iniciativa de socios múltiples para apoyar el desarrollo urbano sostenible.
La Nueva Agenda Urbana es el producto de muchos cientos de académicos urbanos, alcaldes, formuladores de políticas y voces de la comunidad. Proporciona un marco de políticas integradoras que establece una dirección amplia hacia mejores ciudades.